Era la celebración del 15 de agosto (fiesta de la virgen de
la Asunción), hasta hace años la más importante de la Provincia de Azángaro;
sin embargo en estos últimos años, ha tomado mayor trascendencia la Festividad
de la Octava del Niño Jesús (fiesta del Machu Niño); y fue así que Don Justo
Zambrano cabrera y su fiel esposa Pastora Ñaupa Camacho, quienes en el año 1958
sorprenden a todo Azángaro, al escuchar los primeros cuetones y bombardas,
anunciando por vez primera los festejos de la Octava del Niño Jesús, y la
llegada del año nuevo, acompañados por el detonar de troyas desde su vivienda,
hacia el templo de oro de Azángaro, llevando cirios en honor al niño Jesús, al
ritmo de repique de campanas y quema de castillos traídos por el pirotecnista,
Pedro Nina de la ciudad de Sicuani, para que a partir de esa fecha salieran
danzando la danza de la Llamerada, por las diferentes calles y plazas, luciendo
vistosos trajes bajo la batuta del fundador Don Justo Zambrano Cabrera,
acompañados al son de las bandas Llachón de la ciudad de Puno.
En ese entonces solicitan al sacerdote de esos tiempos, a
ser el alferado de las fiestas de Navidad, pero encontraron una respuesta
negativa, lo que motivo que Zambrano Cabrera, reciba la Octava, fiesta que
hasta la fecha perdura y cada año se venera con mucha fe, donde no había
discriminación de clase alguna.